por villasombrero.com
BRASIL.- El Senado brasileño decidió finalmente este miércoles destituir a Dilma Rousseff tras un largo proceso de impeachment que ha acabado con una votación en la que 61 de los 81 senadores votaron a favor de la salida de la mandataria del gobierno brasileño.
La mandataria también quedó inhabilitada para ejercer un cargo público durante los próximos ocho años después de una segunda votación en la que 42 senadores se mostraron partidarios de la inhabilitación, 36 en contra y tres se abstuvieron.
En un principio, una sola votación debía decidir ambas cuestiones, pero finalmente se dividió en dos partes después de que en el último momento el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil consiguiese que se analizase primero su destitución y luego, si fuese aprobada, su inhabilitación durante ocho años._+
El motivo de la petición de esta separación ha sido el hecho de que Rousseff tiene 68 años y, si era inhabilitada por ocho años, como establece la legislación brasileña, sólo podría volver a presentarse a unas elecciones con 76 años de edad.
El senador Lindbergh Farias, del PT, leyó artículos de la ley que establece las reglas de los procesos de destitución, que data de 1950, de la Constitución de 1988 y de sentencias del Tribunal Supremo para argumentar la petición de que se realizasen dos votaciones.
En 1992 el entonces presidente Fernando Collor de Mello renunció a la Presidencia instantes antes de que el Senado celebrase la votación de su destitución, en un proceso similar al que enfrenta Rousseff, pero el Senado decidió inhabilitarle del mismo modo pese a su jugada para evitarlo.
En el debate de este miércoles, Collor, que actualmente es senador, se opuso a que se celebren dos votaciones pues, según él, no se puede hacer una “interpretación troceada” de la Constitución.
Una vez oídos argumentos a favor y en contra, el presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, aceptó la petición después de una larga argumentación en la que se basó en el regimiento interno del Congreso.
Finalmente, en la segunda votación, el sentido del voto fue el mismo
Un proceso largo y pesado
Con la destitución de Dilma Rousseff se pone fin así a un juicio político que ha paralizado la política brasileña durante los últimos meses, mientras el país sigue inmerso en una fuerte crisis económica y social en la que no hay ninguna señal de recuperación.
La sesión la abrió el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien ha sido el encargado de dirigir los trámites en su condición de garante constitucional de un proceso en el que Rousseff respondía por unas supuestas irregularidades fiscales que la defensa niega y la acusación ha considerado “completamente probadas”.
Para que se concretase la destitución de Rousseff, que confirma en el poder al hasta ahora presidente interino, Michel Temer, eran necesarios que lo decidiese una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños del Senado.
Todos los sondeos de la prensa local ya apuntaban a que en el Senado ya se ha configurado esa mayoría, como se insinuó claramente en los debates previos a la decisión que la Cámara alta concluyó la pasada madrugada.
En esa sesión, que se prolongó durante 16 horas, intervinieron 63 senadores, de los que 42 anunciaron que votarán a favor de que la mandataria pierda el cargo, 18 se pronunciaron en contra y sólo 3 no aclararon su posición, pero dieron indicios de que apoyan la salida de Rousseff.
En la última audiencia del proceso, Lewandowski leyó un resumen de las acusaciones y los alegatos de la defensa frente a los cargos que pesan sobre la mandataria, referidos a la emisión de decretos que alteraron los presupuestos sin autorización parlamentaria y la contratación de créditos para el Gobierno con la banca pública.
Posteriormente tomaron la palabra dos senadores favorables a la destitución y otros dos contrarios, cada uno de los cuales podía hacer uso de la palabra durante cinco minutos.
Una vez concluidas esas últimas intervenciones de los senadores, Lewandowski se dirigió al pleno para hacer una única pregunta.
”¿Cometió la acusada, señora presidenta de la República, Dilma Vana Rousseff, los delitos de responsabilidad correspondientes a la contratación de créditos en instituciones financieras controladas por el Estado y apertura de créditos sin autorización del Congreso Nacional que le son imputados y debe por eso ser condenada con la pérdida de su cargo y sus derechos políticos por ocho años?”.
Posteriormente se inició la votación mediante un sistema electrónico que permitió conocer de inmediato la decisión, la cual Rousseff aguardaba en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá dejar al confirmarse su destitución.
Temer esperaba en el Palacio presidencial de Planalto, vecino a la sede del Parlamento, a la que se dirigirá tras confirmarse la destitución de Rousseff para asumir el cargo que ocupa interinamente desde el pasado 12 de mayo, cuando se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.
Ya como nuevo presidente de Brasil, Temer tiene previsto partir esta misma noche local o durante la madrugada del jueves hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que supondrá su estreno en el ámbito internacional, inmediatamente después de ser confirmado en el poder.