PARTIDO DADA SU POSICIÓN DE ABSOLUTO LIDERAZGO EN LA COMPETICIÓN
DEMÓCRATA
Hillary Clinton ha comenzado a reclutar a antiguos asesores del presidente Barack Obama para su campaña en ciernes, una operación política medida al milímetro con el fin de evitar los errores que frustraron sus aspiraciones presidenciales en 2008.
La campaña de Hillary Clinton 2016 es el secreto peor guardado en Estados Unidos. No es oficial, pero se da por seguro que salvo causa de fuerza mayor la exsecretaria de Estado competirá por la presidencia en unas de las primarias demócratas menos disputadas en décadas.
En las últimas semanas se han filtrado los nombres que integrarán la jefatura de la campaña, una explosiva combinación de los estrategas más fieles a los Clinton y los asesores que ayudaron a Obama a vencer a Hillary en las primarias de 2008.
Entre el goteo de bajas en la Casa Blanca para unirse al equipo de Hillary destaca el nombre de quien está ya al mando de la campaña: John Podesta, asesor de Obama y antiguo jefe de gabinete en la Administración de Bill Clinton.
Tras Podesta, otra de las principales asesoras de Obama, la directora de comunicaciones Jennifer Palmieri, dejó su puesto a principios de mes para alistarse en las filas de Hillary y ejercer el mismo rol que tenía en el Gobierno: directora de comunicación.
"Rodearse de antiguos asesores de Obama es la señal de que Hillary está dispuesta a aprender de sus errores, y la mejor manera de identificarlos y evitar cometerlos de nuevo es contratar a la gente que te venció", explica a Efe John Hudak, experto en elecciones del centro de estudios Brookings Institution.
"Todos quieren rodearse de ganadores. El candidato quiere estrategas que hayan trabajado en campañas exitosas y estos estrategas quieren trabajar para el candidato más potente", añade.
En ese sentido, Hillary lo tiene todo a favor para aglutinar el mejor talento de su partido dada su posición de absoluto liderazgo en la competición demócrata, en la que todavía no hay ningún candidato confirmado y ninguno de los que se barajan -como el exgobernador Martin O'Malley, el exsenador Jim Webb o la senadora Elisabeth Warren- tendría posibilidades reales frente a la ex primera dama.
"Por supuesto que sigue habiendo rencillas entre los que fueron asesores de Obama y de Clinton en 2008, y trabajar juntos será un reto. Pero para los más fieles a Obama, ganar estas elecciones es vital para preservar el legado del presidente", considera el analista Hudak.
El primer conflicto estalló la semana pasada cuando David Brock, un activista leal a Hillary, dimitió de la dirección de Priorities USA, uno de los comités de acción política (Super PAC) que apoyan la candidatura de Clinton.
En su carta de renuncia, Brock acusó a este Super Pac que lidera Jim Messina, director de la campaña de reelección de Obama en 2012, de facilitar a los medios historias negativas sobre su recaudación de fondos.
La polémica que ya rodea a esta campaña por anunciar no termina ahí. Hillary ya ha recibido las primeras críticas por reclutar a "los hombres del presidente" para dirigir la campaña de la que podría ser la primera mujer al frente de la Casa Blanca.
En las primarias de 2008, cuando Clinton no explotó la carta de ser mujer, ocho de los principales asesores de la candidata eran mujeres, así como doce de sus veinte estrategas mejor pagados.
En esta ocasión, al frente de la campaña están dos hombres: Podesta como "chairman" (presidente) y su fiel asesor Robby Mook como "manager" (director).
Y en puestos principales, más nombres masculinos ligados a Obama: Joel Beneson como jefe de estrategia, John Anzalone y David Binder como encuestadores y Jim Margolis en relaciones con los medios.
Aunque el complejo entramado de la campaña empieza a tomar forma, su posición dominante entre los competidores demócratas da margen a Hillary Clinton para configurar un sólido equipo antes de anunciar oficialmente su candidatura.
En la oposición el escenario es completamente opuesto. La carrera republicana será una de las más competidas de la historia, con las dos alas del partido -el aparato y los ultraconservadores del Tea Party- en dura batalla por el liderazgo.
Uno de los enfoques en los que ya trabajan los Super PAC que apoyan a Clinton es la aproximación al electorado latino, clave en las próximas elecciones y tradicionalmente favorable al Partido Demócrata.
"Los Clinton tienen una larga historia de buenas relaciones con los latinos y estamos trabajando en esa misma línea", explicó a Efe Martín Chávez, uno de los principales asesores para la campaña entre los hispanos del Super PAC Ready for Hillary.
"Estamos teniendo muy buenas recaudaciones de fondos entre latinos de Puerto Rico, Miami, Los Ángeles, Texas, San Francisco y DC", añade.
Ready for Hillary es un comité que trabaja desde hace dos años y medio para animar a Clinton a que se presente y su misión se centra en construir apoyos más que en la gran recaudación de fondos, una tarea que recae en el Super PAC Priorities USA.
Cuando todavía no hay ningún candidato oficial para las primarias de los grandes partidos y a más de año y medio de las elecciones, la "candidata inevitable" Hillary Clinton y su "equipo a la espera" preparan minuciosamente su estrategia para retener la Casa Blanca en manos demócratas y encumbrar a la primera mujer en la presidencia del país.