Por villasombrero.com
A pesar de tener un título universitario, el mercado laboral les exige experiencia en su área
Ana Ceballos (nombre ficticio) tiene varios años laborando en el
área de contabilidad de un banco nacional, a pesar de que es una
licenciada en Comunicación Social, un oficio que todavía no ha podido
ejercer.
No es la falta de vocación a su carrera lo que la mantiene en su actual trabajo,
plaza
en el área que estudió. El resultado es que aún con su título
universitario, nunca ha podido ejercer su carrera por falta de
experiencia laboral.
“Ves que en un perfil de trabajo cumples con
todos los requisitos menos con esa parte (experiencia laboral) y eso te
tranca el juego” cuenta a elCaribe la joven de 26 años, graduada en el
2011.
Al igual que ella, muchos jóvenes se enfrentan (o se
enfrentaron) a un círculo vicioso incómodo: un profesional joven no
puede conseguir trabajo porque le falta la práctica en su área.
La psicóloga organizacional Yulissa Reyes entiende que depende mucho de la política de la empresa, “darle esa primera oportunidad” a un joven profesional que nunca ha trabajado.
La especialista entiende que hay empresas con preferencias de contratar parte de su personal sin experiencia, para moldearlos a sus requerimientos.
Sin embargo, reconoce que no todas las empresas están dispuestas a dar ese chance, a veces por no tener tiempo ni recursos para entrenar a un recién graduado.
“De hecho, las personas preparadas que entran a una entidad requieren de capacitación y una adaptación al puesto, pero con una persona sin experiencia se necesita más tiempo y recursos”, explica Reyes. Esta situación puede agravarse cuando se toma en cuenta la calidad con que salen los profesionales de las universidades con precariedades.
De esto se hizo eco el presidente de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades, Julio Amado Castaño Guzmán, cuando reveló recientemente que el resultado del último informe de evaluación hecho por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología -MESCyT- arrojó “una situación muy penosa”, por parte de algunas academias de educación superior.
El director general de Empleo del Ministerio de Trabajo, Bienvenido Castillo, entiende que en muchos casos es la falta de orientación del joven, incluso para desenvolverse en una entrevista laboral, que no le permite adquirir empleo.
“Tienes el conocimiento, la capacidad, pero no la habilidad o destreza para decir -o demostrar- en una entrevista: ¡mira yo soy capaz!”
Trabajan desde muy jóvenes
“Por lo general he
visto que a una persona que no tiene experiencia se le hace un poco
difícil adquirir una plaza, aunque sí te digo que ya es muy difícil no
encontrar un joven que a la par con sus estudios no esté trabajando. Empiezan
a laborar muy jóvenes para cuando terminan su carrera ya tienen una
experiencia que les ayuda”, señala la especialista en psicología
organizacional, Yulissa Reyes.
El caso de Ana Ceballos
sigue siendo un buen ejemplo. Comenzó a trabajar a sus 17 años como
auxiliar de contabilidad y después, explica ella misma, todas las
puertas se comenzaron a abrir para continuar laborando en esa misma
área, hasta llegar a su actual trabajo en el banco.
Pero ahora,
con un título de licenciada en Comunicación Social y sin ninguna
práctica, calcula que en un año ha aplicado para al menos 20 puestos
relacionados a su carrera, “y he recibido sólo como dos llamadas o
tres”.
Recomendaciones
Ahora bien,
¿Cuáles opciones tiene una persona para insertarse en su área laboral
por primera vez? Yulissa Reyes recomienda que inicie con colaboraciones
dentro de la misma empresa, en el área que le compete. “Si el trabajo lo
permite, puede ir haciendo trabajos extras para practicar y eso le dará
experiencia para cuando tenga la oportunidad”.
Si no se puede
adquirir nada dentro de su misma empresa, como le pasó a Ana Ceballos,
lo ideal es seguir buscando. “Es algo muy personal, la persona debe
decidir qué quiere hacer.
Si está en esa empresa por necesidad y
no es un oficio en lo que se siente identificada, debería de ir
buscando como insertarse en su área”, apunta Reyes.
Otra opción
son las pasantías, en caso de que se esté desempleado. Aunque no es un
trabajo formal, la persona logra acumular una experiencia a través de la
práctica. Además, subraya Reyes, el empleador ve como bueno y válido el
hecho de que, como no tiene trabajo, el desocupado se esté concentrando
en acumular voluntariamente pasantías.
Cubrir licencias o
vacaciones también es favorable. “Hay empresas que le dan prioridad a
los que están dentro. Si un pasante es bueno, cumple con el perfil, no
tendría que buscar un empleado fuera porque ya demostró su potencial
aquí”, apunta Reyes, quien trabaja como gerente de Recursos Humanos de
una empresa de comunicaciones. l
El Ministerio de Trabajo cuenta con opciones
La
Oficina Territorial de Empleo y la página webempleateya.net son dos
plataformas que tiene el Ministerio de Trabajo para los desempleados que
están buscando ocuparse.
Esta entidad tiene en planes levantar
tres catálogos para que el país pueda saber, entre otros datos, la
cantidad de profesionales que hay en cada área y las personas con
conocimientos, pero sin certificados.
“Esto ayudará al Gobierno y
al país a obtener incluso un mejor salario, reajustando cada sueldo en
función de la preparación que tiene ese profesional”, dijo el director
general de Empleo del Ministerio. Esto supone una ventaja también para
saber cuáles profesionales hacen falta.
El informe de
seguimiento 2010 de Los Objetivos de Desarrollo del Milenio detalla que
la tasa de desempleo es más alta entre los jóvenes de 15 a 24 años y la
cantidad de mujeres desocupadas es mucho más elevada que la de los
hombres.
La tasa de desempleo se colocaba en un 15%, según
cifras preliminares del Departamento de Cuentas Nacionales y
Estadísticas Económicas del Banco Central, de abril del 2013.
Los
más recientes datos de la entidad financiera este año también arrojan
que en el país hay 437,068 personas en las categorías de gerentes,
administradores, profesionales o intelectuales. De esa cantidad, solo el
2.5 por ciento son desempleados. Pero eso equivale a 10,766 personas
bien cualificadas, sin oficio.