No se debe concentrar únicamente en las zonas erógenas comunes, ya que la piel está compuesta por una infinidad de puntos sensibles que hay que descubrir día tras día.
No todo en el sexo es penetración. Las caricias son la base del coito. En la mayoría de las ocasiones es mucho más erótica y estimulante una caricia que la penetración. Además, algunas zonas son más erógenas que otras y no siempre hay que tocar del mismo modo.
Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar. No se debe concentrar únicamente en las zonas erógenas comunes, ya que la piel está compuesta por una infinidad de puntos sensibles que hay que descubrir día tras día.
Cabellos: El estímulo del cuero cabelludo produce un relax muy placentero al comienzo de la relación.
Orejas: El lóbulo de la oreja, la cavidad del pabellón auricular y la zona de detrás de la oreja aumentan su sensibilidad durante la excitación sexual, pero también como prólogo, resultan muy sensibles a la estimulación oral.
Ojos: Los nervios parasimpáticos de los párpados pueden ser estimulados con algunos besos suaves sobre los ojos cerrados, produciendo una relajación que hace más sensible la relación.
Boca y lengua: La sensibilidad de los labios aumenta con la excitación haciéndolos muy sensibles al roce y la caricia de otros labios. La lengua permite un juego activo con las diferentes zonas del cuerpo.
Nuca, cuello y hombros: Con las manos o la boca se pueden estimular estas zonas de especial sensibilidad produciendo placenteros escalofríos.
Dedos: Su receptividad nerviosa es utilizada continuamente para sentir las texturas, formas y rugosidades de las cosas. Esta sensibilidad los convierte en un medio muy adecuado para sentir el cuerpo de la pareja. por Redaccion villasombrero.com Elvin soto