San José, Costa Rica, 12 de mayo- El 20 de noviembre de 1989, la humanidad marcó un hito en su historia cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño. Este es el tratado de derechos humanos más universalmente aceptado de la historia y ha sido ratificado por todos los países con excepción de Estados Unidos.
Miembros del Movimiento Mundial en favor de la Infancia reconocen que aunque muchos países latinoamericanos han avanzado significativamente en la transformación de los marcos jurídicos y en la sensibilización, todavía queda mucho por hacer en materia de inversión y cumplimiento de los mandatos y acciones. Aún es necesario contar con reformas que abarquen las políticas públicas y su implementación en la vida cotidiana de los niños, niñas y adolescentes, sus familias y comunidades.
“Hacer realidad los derechos de la niñez y la adolescencia, requiere de
la participación y la suma de las voluntades individuales, de las
organizaciones sociales, de los Estados y especialmente de la
participación activa de niños, niñas y adolescentes de la región, tal
como lo plantea el espíritu de la Convención. Como movimiento centrado
en la infancia y la adolescencia, nuestro compromiso es profundizar el
apoyo y seguimiento al cumplimiento de la convención y garantizar que
nuestras acciones estén centradas en el interés superior de la infancia y
la juventud” señaló Corina Villacorta, Vicepresidenta Regional de la
Oficina de Visión Mundial para América Latina y El Caribe, en su calidad
de Secretaria Técnica del Capítulo Latinoamericano y del Caribe del
Movimiento.
Los miembros del Movimiento Global a favor de la
Infancia reiteran su preocupación por la forma como la crisis económica y
sanitaria, así como otros fenómenos, golpean a la infancia de las
comunidades más pobres de la región, aumentando su vulnerabilidad frente
a la pobreza y la exclusión. El trabajo infantil, la trata de personas
menores de edad, la violencia sexual y el abuso, así como la falta de
acceso a la educación, salud, situaciones de discriminación por razones
sociales, económicas, género y origen étnico siguen amenazando a la
infancia latinoamericana y caribeña.
En América Latina y El
Caribe, cada año más de seis millones de niños y adolescentes sufren
abusos severos, incluyendo abandono. Cerca de 220 niños, niñas y
adolescentes menores de 18 años de edad mueren cada día a causa de la
violencia doméstica -lo que representa 80,000 niños al año. Cada hora de
cada día 28 niños y adolescentes, principalmente mujeres, son
sexualmente explotados. Entre un 70% y un 80% de las víctimas de abuso
sexual son mujeres, en un 50% de los casos de abuso los perpetradores
viven bajo el mismo techo que las víctimas y un 75% están estrechamente
relacionados con las víctimas. Sólo la mitad de los adolescentes con
edades entre los 14 y 18 años tienen acceso a la educación secundaria.
Estimaciones del 2007 indican que aproximadamente 550,000 jóvenes vivían
con el VIH/SIDA en la región.
A ello se suma el hecho de que
muchos niños, niñas y adolescentes no pueden ejercer su derecho a crecer
en una familia. No existen registros oficiales que permitan conocer la
cantidad y situación de la niñez sin cuidado parental o en riesgo de
perderlo. Existe evidencia de que los niños y niñas que viven sin el
cuidado de sus padres o que están en riesgo de perderlos están expuestos
a múltiples violaciones al ejercicio de sus derechos, como
discriminación, atentados en contra de la vida e integridad personal,
maltrato, abuso sexual y explotación económica, desintegración familiar,
violencia intrafamiliar, entre otros.
Para dar respuesta a estas
situaciones, se propone la formulación de políticas públicas desde un
enfoque de derechos dirigidos a disminuir las causas de tipo económico,
social y cultural que impactan negativamente en la niñez y adolescencia
de los países de la región.
“Si realmente queremos construir
ambientes protectores para los niños, niñas y adolescentes, es necesario
mejorar la coordinación entre las escuelas, los servicios de salud, los
sistemas de justicia, la policía y los servicios fronterizos. Esta no
es una simple acción que puede erradicar la explotación sexual y el
abuso; ello requiere múltiples esfuerzos coordinados y un activo
liderazgo”, indicó Nils Kastberg, Director Regional de UNICEF para
América Latina y el Caribe.
En nuestro pais, existen leyes de protección al menor, pero lamentablemente no se hacen cumplir al 100% debido a que las personas aun no asimilamos la magnitud de los problemas que afectan a nuestros niños y adolescentes, muchas veces causados por los propios padres que por ignorancia maltratan o privan de sus derechos a sus hijos. Ademas de esto, porque no tenemos un sistema de gobierno ni una solidez economica como pais para sustentar totalmente la alimentación, una educación adecuada, servicios de salud y protección a los niños y adolescentes.