Por villasombrero.com colaboracion de Esther Reinoso
En nuestro país, cerca de 800 mujeres fallecen anualmente debido al cáncer de cuello del útero. La única forma de revertirlo es su detección precoz, por lo que es fundamental la realización del papanicolau, el único examen que existe para detectar este mal.
El papanicolau o citología del cuello del útero es un examen
realizado a las mujeres cuyo objetivo es detectar de manera precoz
alguna alteración en el cuello uterino, la que posteriormente puede
llegar a convertirse en cáncer.
Gracias a la prueba de papanicolau, el índice de muertes en Estados Unidos debidas al cáncer del cuello del útero ha sido reducido en un 70% durante los últimos cincuenta años. No obstante, en Chile, su detección precoz es muy deficiente en algunos sectores, lo que ha llevado a este mal a ocupar el cuarto lugar entre las causas de muerte por cáncer en la mujer.
La ginecóloga del Centro Médico Quilicura (CMQ), Dra. Susana Moretta, recalca la importancia de la realización de este examen, debido al que el cáncer en el cuello uterino es totalmente asintomático en un comienzo y tiene una evolución lenta. Sin embargo, el papanicolau puede detectar este mal en su fase inicial. Si al diagnóstico precoz se le suma un adecuado tratamiento, el éxito en la curación es total.
Cuando este cáncer es detectado en etapa avanzada las posibilidades de curación son muy escasas. Por tal motivo, se recomienda que se realicen este examen todas las mujeres mayores de 18 años y aquellas menores de edad que hayan tenido relaciones sexuales.
Si bien todas las mujeres corren el riesgo de contraer cáncer uterino, se ven más expuestas a esta enfermedad aquellas que iniciaron su vida sexual a temprana edad, las que tienen o han tenido múltiples parejas sexuales, quienes han tenido una infección de papilomavirus humano (HPV, por sus siglas en inglés) o verrugas genitales, las que han tenido múltiples embarazos, las fumadoras y las mayores de 45 años.
A las mujeres que se someten a este examen, se les pide como requisito no estar en su período menstrual, no estar con tratamiento médico vaginal (óvulos o cremas) y, en las 48 horas previas al examen, no haber tenido relaciones sexuales ni haberse aplicado duchas vaginales.
Durante el papanicolau se emplea un aparato médico llamado espéculo,
el cual es introducido en la vagina para separar las paredes vaginales y
visualizar el cuello uterino. De esta manera, se puede realizar la toma
de muestras de células, las cuales son extendidas en una lámina de
vidrio y posteriormente son enviadas al laboratorio para ser analizadas.
Mientras se efectúa el examen, a la paciente solamente se le pide que
esté lo más relajada posible.
La Dra. Moretta aclara que todo lo anterior «es un procedimiento sencillo, rápido y totalmente indoloro». La exploración dura alrededor de dos minutos. Además, no conlleva ningún tipo de infección ni de lesión cervical, vaginal o vulvar y no quita la virginidad como tienden a creer erróneamente algunas personas. El examen tiene un costo muy bajo y los resultados pueden estar incluso en menos de una semana.
Lo ideal es que las mujeres se sometan a este examen una vez al año. Si durante tres años consecutivos el papanicolau arroja resultados normales, la paciente puede hacerse esta prueba una vez cada tres años o más, dependiendo de lo que indique un profesional médico y los factores de riesgo mencionados anteriormente. Lo aconsejable es realizarse el papanicolau hasta los 65 años.
Gracias a este examen, se puede afirmar que el único motivo en la actualidad para que una mujer muera de cáncer de útero es el descuido por parte de la paciente.