Fue sepultado ayer tarde en Sombrero, Baní, en medio de un gran dolor de los moradores de su comunidad que lloró y sufrió su partida
Falleció Rubén Pimente.
Murió un grande del deporte y un comunitario de grandes dotes sociales.
Fue sepultado ayer tarde en medio de un profundo dolor y su comunidad lo lloró y sufrió su partida.
El pueblo estaba triste.
Observé los rostros de la gente y noté un profundo sentimiento de dolor, pues sabían que se marchaba el mejor colaborador y desinteresado dirigente que tenía la comunidad de Sombrero.
Los colmados, los colmadones, los negocios de bebidas, los centros de diversión y las entidades sociales cerraron sus puertas y no tocaron música.
Esa fue una verdadera manifestación de duelo y agradecimiento a un hombre que desde pequeño se entregó a la comunidad de Sombrero, Baní.
Soprovis
Rubén Pimentel, el honesto, afanoso, fogoso e inquieto presidente de Soprovis, deja un legado de honestidad, seriedad, dedicación, amor por su familia y los demás.
Los mejores testigos fueron sus amigos, los directivos de las diferentes organizaciones que dirigió, así lo manifestaron los líderes y ejecutivos de esas entidades que se encontraban en el cementerio de Sombrero.
Me dolió la muerte de Rubén.
Un hombre ejemplar y buen amigo.
Los famosos mangos
Hace más de 20 años que Rubén Pimentel siempre me traía mangos de Sombrero, Baní.
Sabía que yo soy un amante y un loco con esa dulce fruta.
Doña Elpidia, su dulce esposa, me dijo llorosa: “Leo, yo sé lo amigo que tú era de Rubén. Y nunca olvidaba los mangos para llevartelo a la capital”.
¡Qué momento más doloroso!
Compromiso
Antes de marcharse, Rubén convocó a una reunión de Soprovis y planteó que pronto se iría a la tierra de los desconocidos, pero que quería la unidad de Soprovis y de todas las organizaciones de Sombrero.
Palabras para la historia y una visión como pocos sobre la importancia de que el pueblo se una en busca de soluciones y mejorar los males sociales.
Luisín Mejía
Luisín Mejía conmovió a todos los que estábamos en el cementerio. Quiero que Luisín me envíe sus palabras por correo electrónico para que ustedes conozcan lo que dijo el presidente del Comité Olímpico Dominicano a su hermano Rubén.
Paz y conformidad
Pido paz y conformidad a su esposa Elpidia, a sus hijas Ingrid, Yolanie, Gissel, Johanny y Xiomara.
A sus hermanos y demás familiares.
Rubén va al cielo. Así lo decidió Dios.
Hasta, mañana si Dios quiere Dominicanos.