Desgarrador testimonio de cuánto duele estar solo
Somos seres gregarios, necesitamos y buscamos compañía. Nos relacionamos con otras personas para hacer vida juntos. Nos comunicamos de diversas maneras, pues el contacto humano es irremplazable. Quienes disfrutan de compañía constante tienen dificultad en entender a quienes no cuentan con ese calor humano una vez salen de la rutina del día.
A falta de personas, hay gente que se acompaña de cosas, como es el caso de una excompañera de trabajo cuyo testimonio era desolador. "Llego a la casa y no hay quien me reciba. La casa está fría, callada, sola; tan sola como yo. Me quedo dormida cuando ya he llorado tanto que mi cuerpo se cansa. Lo peor es la noche, todos los ruidos se hacen más fuertes. Con esto de la criminalidad decidí instalar un sistema de alarma. Cada vez que abro una puerta, la voz de una mujer me dice cuál fue la que abrí. El otro día fue la compañía a darle mantenimiento al sistema y me preguntaron si quería eliminarle el aviso que da cada vez que se abre una puerta. Sin pensarlo le respondí que no, que esa era la única persona que me habla cuando estoy en casa".
Mientras ha transcurrido el tiempo, también he sabido que a esta mujer la acompaña el televisor, la radio, y hasta los enseres de la casa. Sé que habla sola y se hace chistes de los eventos que le suceden cuando no hay a quién contarlos, se duerme abrazada a unas almohadas y detesta los fines de semana porque no tiene que ir a trabajar. Esto no es porque haya perdido la razón, sino que una vez termina su jornada de trabajo, no tiene otras personas con quién compartir su tiempo. Combate la soledad acompañada de objetos.
Aclaro que soledad no requiere estar solo. Hay quienes viven con otros, pero están solos. No cuentan con alguien para compartir sus intereses y sueños, sus alegrías y tristezas, ni quien los asista en situaciones de emergencia. Sin duda alguna, la soledad es difícil de tolerar y duele.
Si esto te ocurre, déjale saber a alguien de cómo te sientes. Esto podría ayudar a que otros puedan verte.
Cada vez que escucho a alguien hablar de soledad, rápidamente me transporto al tiempo que trabajé con esa mujer, deseando en secreto que haya encontrado a alguien con quien ocupar su espacio.
La autora es psicóloga.