Por Redaccion Villasombrero.com
El Motoconcho surge en el país como una necesidad de variación del medio de transporte y como fuente de sustento de miles de familias de escasos recursos.
El motoconchista es rápido, puede desviarse de tapones de transito y esta siempre a disposición de dar el servicio a los pasajeros que no desean esperar tanto tiempo por el minibús o porque hacia sus hogares no llegan y tiene la facilidad de llevar a domicilio.
El dinero ganado sirve para satisfacer mínimamente los gastos individuales o de familia.
El problema radica en reglamentar una actividad de transporte tan arraigada en el mismo seno del pueblo, sin lesionar intereses o normas de comportamiento de sus conductores.
A ello hay que agregar la ignorancia que por décadas tenemos casi todos sobre el uso de cascos protectores o cinturones de seguridad.
Por tanto, afirmo que aquí hay parte de subdesarrollo e ignorancia. Es más, hay quienes ven en las multas una especie de diablura y no se detienen a pensar que estas son dadas debido a las exigencias de los hospitales y compañías de seguros, para evitar la ruina económica por los tantos millones que tienen que pagar en atenciones y demandas.
En países desarrollados, cada vez que te pasas una luz roja, te agarran sin cascos o cinturón, doblas donde está prohibido, o cometes otra violación seria, el costo de la póliza de seguro se dispara. Y es que, mis apreciados amigos, la gente no tiene mejor forma de entender y cumplir las leyes de tránsito que no sea con el pago de multas con cárcel o dinero.
Así que dejémonos de querer atrasarnos más, en vez de tratar de avanzar, aunque para ello se imponga la disciplina que tanto nos falta, promoviendo regulaciones adaptadas a nuestro país, donde todos deseamos ganarnos la comida diaria o ahorrar para comprarla
Por EDGAR GUERRERO