por Redaccion villasombrero.com |
4:25 PM -
Quito, 30 sep (EFE).- Las protestas de policías de tropa por una reducción de sus beneficios salariales han puesto hoy en jaque al Gobierno de Ecuador, que ha decretado el estado de excepción y ha denunciado un intento de golpe de Estado. El presidente Rafael Correa se encuentra encerrado en un hospital policial, a donde acudió por haberse lastimado una pierna en los incidentes en los que se vio envuelto tras dirigirse a los policías que tomaron uno de los mayores regimientos del país para advertirles que no cederá a las presiones.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa visiblemente exaltado al hablar en el Regimiento Quito.
Posteriormente, desde el interior del hospital, donde dice estar cercado por los manifestantes, el presidente dijo a la Radio Pública que "es un intento de golpe de Estado de la oposición y son ciertos grupos enquistados en Fuerzas Armadas y Policía que siempre estuvieron, básicamente el grupo de Sociedad Patriótica", dijo en referencia al partido político del ex mandatario Lucio Gutiérrez.
De su lado, Gutiérrez, quien gobernó de enero de 2003 a abril de 2005, rechazó hoy en declaraciones a Efe desde Brasilia estar tras la crisis que se desató por la protesta de la tropa en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales.
"El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el Gobierno abusivo, corrupto, prepotente de Rafael Correa", dijo Gutiérrez.
El ex presidente pidió hoy disolver el Parlamento y llamar a elecciones presidenciales anticipadas como solución a la crisis, algo que el propio Correa tiene como una posibilidad.
Los policías también ocuparon la sede de la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral del país, e impidieron el ingreso o salida de las personas que trabajan allí, informó a Efe una fuente parlamentaria.
Las protestas empeoraron a medida que avanzaba el día y se extendieron por el país, lo que obligó al Gobierno a decretar el estado de excepción "por una semana" en todo el territorio nacional y delegar en las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país, según el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador ha enviado una carta de respaldo a Correa, indicó a Efe Orlando Pérez, director del movimiento oficialista Alianza País (AP).
En esa misiva la cúpula militar ratificó su "respaldo al Gobierno y a la democracia", dijo Pérez.
Al mismo tiempo, cientos de personas se congregaron frente a la sede del Ejecutivo, para respaldar a Correa, y agredieron a un grupo a unos cinco agentes que no protestaban, sino que llegaban a Carondelet como protección de unas autoridades gubernamentales, según pudo constatar una periodista de Efe.
Desde un balcón del palacio de Gobierno, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, llamó a la población a dirigirse al hospital de la Policía para "rescatar" de allí a Correa.
A través de un comunicado Correa "nos ha dicho que hay gente que está intentando meterse por los techos para afectar su integridad personal", dijo Patiño a un nutrido grupo de simpatizantes del movimiento oficialista.
En las cercanías del hospital en Quito donde está el presidente se congregaron miles de personas, a las que loa policías insubordinados lanzaron gases lacrimógenos.
"Es un enfrentamiento de pueblo contra pueblo", dijo uno de los participantes en la protesta en la que se escuchan frases como "policías corruptos no se enfrenten con armas al pueblo, el pueblo viene a mano limpia".
Hasta ahora sólo se ha informado de dos heridos en las protestas, dos policías que sufrieron daños cuya gravedad aún no ha sido determinada en la concentración frente a la sede del regimiento tomado por los manifestantes.
Las protestas se han extendido a las principales ciudades del país, donde se han cerrado comercios, las clases se han cancelado y los ecuatorianos han abandonado el trabajo para ir a sus casas.
En Guayaquil, la segunda mayor ciudad del país, considerada el bastión de la oposición a Correa, los policías cerraron el puente de "La unidad nacional", considerado clave, por el masivo ingreso y salida de vehículos.
En la ciudad se han registrado numerosos robos a transeúntes porque la policía ha dejado de realizar sus funciones, según constató un periodista de Efe.
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