Por Miguel Guerrero
Pero con quien Luis se las veía a diario era con Chamaco, cambiando cheques y billetes y quinielas y más que nada con Pijilo, que con su paletera, especialmente con los periódicos y revistas, tenía siempre un grupo opinando de todo, pero más que nada de política.
Moreno Pérez, con quien conversamos sobre Luis, nos dice que este trabaja limpiando zapatos desde los años '60. Recuerda que Luis lo ''repagilaba'' cuando él (Moreno), que también fue limpiabotas, intentaba trabajar en el parque ya que en ese tiempo se necesitaba una placa, algo que debían tener ademas las carretillas tiradas por caballos y otros. Las mismas eran fabricadas por don Tomasito Bobadilla.
En ese entorno se movía Luis el Limpiabotas que recién encontré como mendigo cerca del mercado municipal con dos muletas y una pierna en muy mala condiciones por lo que su caminar era con pesar. A duras penas se acercaba a los vehículos en busca de algun aporte económico.
Andaba con prisa (M.G.) cuando lo ví, pero me detuve y mí amigo William Mateo se le acercó y le extendió una ayuda. Con él había visitado también a Chichí Pastelito. En ambos casos Willian se quejó de que la gente humilde que ha trabajado informalmente por años, como son estos casos, no tengan protección de enfermedad y-o vejez.
Me fuí con pesar. A mí regreso a Baní dos días después estuve buscándole y no lo encontré. Ese día no pude dar con su paradero. Posteriormente volví y pesar de la lluvia llegué a ''Los Barrancones'', el barrio Máximo Gómez, surgido luego del huracán David y la tormenta Federico, en 1979.
Me habían dicho que Luis vivía allí. Me fue difícil encontrarle pero un motorista al cual pregunté se prestó para guiarme. Luis no estaba, pero una sobrina, que le ofrece alojamiento en un lugar adaptado en el patio de una muy humilde vivienda, nos dio detalles.
Nos explicó que hace unos años cerca de Paya un vehículo lo embistió y que estuvo un tiempo en el hospital Darío Contreras donde hubo que colocarle unos tornillos; que se quitó antes de tiempo un yeso que le habían puesto y que sus problemas mentales se le han agravado.
La sobrina, por el lado materno de ambos, nos dice que han intentado recluirlo en el hogar de anciano pero que allí le requieren que antes debe ser curado. Parece que falta voluntad de las partes. Uno con problemas mentales, otros con problemas económicos agobiantes.
El caso es que volvimos horas más tarde y Luis había retornado. Se estaba sentando en la glorieta de un parquecito olvidado que hace un tiempo construyó el club Activo 20-30. Al verlo me impactó su situación. Su cara refleja tristeza, su deterioro es notorio y su pierna parece ‘’podrida’’, como comentó una persona que se acercó a nosotros. Necesita atención urgente.
Le prometí a su familia hacer gestiones para que reciba atención médica y que luego pueda ser internado en el Hogar de Ancianos que funciona en este sector. Da pena ver a este hombre deambular por las calles en tal estado de desamparo.
En una posterior visita nos enteramos que son dos las sobrinas de Luis, Nancy y Deyanira, y que tiene un hermano en Boston, Federico Presinal (Fellé), que hace un tiempo dejó de enviar un aporte que hacia para cubrir algunos gastos.
LAS GESTIONES
Este lunes procedí a visitar