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Contreras expresó que la presencia de mexicanos en Estados Unidos no ha determinado el nivel de pobreza o riqueza de ese país, por lo que dijo que el progreso y el desarrollo económico de República Dominicana no está sujeto ni tiene nada que ver con la presencia de haitianos en Santo Domingo.
“Yo creo que nosotros tenemos que pensar en progresar desarrollando recursos, preparando nuestro personal y en la incidencia que pudiera tener para ese progreso la presencia de haitianos”.
Consideró que en este país debe regularizarse la mano de obra haitiana. En mi opinión la presencia de obreros haitianos en el país, no influye en nada en el crecimiento ni en el desarrollo de la economía dominicana”, indicó.
Manifestó que los obreros haitianos reciben los mismos salarios y se les aplican las mismas leyes que a los dominicanos, por lo que no cree que sea un factor que impida el desarrollo del país. Consideró importante que se aplique la ley de migración, y se tengan los controles necesarios en las fronteras para que los haitianos que vengan al país sean provistos de documentos legales. Estas declaraciones se produjeron a raíz de las consideraciones del historiador Manuel Núñez, en las que afirma que la migración haitiana destruye el empleo en República Dominicana en clara alusión a la competencia con los obreros locales.
Contreras explicó que las labores de haitianos no son perjudiciales para el país, y que por el contrario ayudan a que las actividades del campo se realicen en el tiempo oportuno cuando los dominicanos no estén disponibles. De su lado, Maluf manifestó que el desarrollo de República Dominicana no se ve perjudicado por la mano de obra haitiana, ya que según él es indudable que los haitianos están desempeñando una gran labor en las áreas de la construcción y del campo, lo cual influye de una forma u otra en la productividad.
“Lo que sí puede estar pasando es que la gran afluencia de nacionales haitianos fuera de la escala productiva, está representando una carga para el Estado en lo que se refiere a servicios públicos, como educación, salud y otros”, indicó.
Manifestó que la población haitiana que no aporta nada al país en términos productivos, puede ser un lastre para la economía dominicana, no así para los extranjeros que se integran a alguna labor que dinamice la economía del país.
“Lo que sí veo que puede ser un obstáculo para el país, es aquella población que viene y no aporta nada en términos productivos”, expresó. Maluf negó que en este país se trate de explotar la mano de obra haitiana en los trabajos de construcción como han expresado algunos sectores, y dijo que a los nacionales haitianos se les paga de la misma manera que a los dominicanos, cumpliendo todos los estamentos legales del área laboral.
CONTRATACIÓN: La indisponibilidad que en muchos casos se presentan por falta de obreros dominicanos dispuestos a realizar tareas pesadas o que consideran que merecen una mayor remuneración, también es un tema de preocupación entre los representantes de los sectores construcción y agropecuaria.
Cesáreo Contreras y Cristian Maluf afirman que muchas veces se ven en la necesidad de buscar a los haitianos ante la falta de obreros. “No se prefiere al haitiano porque es más barato, sino porque tiene mayor disposición de trabajo que el dominicano en un momento determinado o para áreas específica”, indicó.
Afirman que gran parte de las demandas que se presentan en la Secretaría de Trabajo en el área de la construcción son hechas por haitianos, los cuales reciben las mismas atenciones que los dominicanos.
Consideran que los haitianos ocupan los puestos en las construcciones, porque cuando se requiere de empleados para labores arduas, no aparecen dominicanos que estén en disposición de asumir los puestos.
Los representantes de ambos sectores coinciden en que cuando se trata de trabajos calificados, tales como terminación, colocación de pisos y otras labores.