Con éstos son seis ya los militares y policías implicados en esta tragedia. Además de los tres oficiales de ayer, se recuerda que figura en el expediente Frederick Medina Abud, un ex coronel de la Policía Nacional, además de Robert Augusto Peña Valdez, capitán de corbeta, que el pasado jueves se le conoció un anticipo de prueba, como testigo de excepción en este proceso.
Ayer, en horas de la mañana, la Policía señaló como responsable de dirigir la matanza al capitán de fragata de la Marina de Guerra, Ricardo Rafael Guzmán Pérez, quien fue apresado el pasado nueve de agosto con un alijo de ocho paquetes de cocaína en la Prolongación de la avenida Ecológica, próximo al Hipódromo V Centenario, municipio Santo Domingo Este.
La información la ofreció al mediodía de ayer el coronel Nelson Rosario, vocero de la Policía, quien explicó que el grupo de sostuvo varias reuniones antes de la matanza.
Actualmente Guzmán Pérez, cumple prisión preventiva por un año en la cárcel de Najayo, San Cristóbal.
El juicio
El juicio de ayer inició a las 3:10 de la tarde, aunque estaba previsto para comenzar a las 10:00 de la mañana, pero los justiciables fueron traídos cerca del mediodía a la fiscalía, bajo estrictas medidas de seguridad, aunque esta vez los agentes que condujeron a los prevenidos, más de 12, vestían de civil.
Se recuerda que Peña Figueroa es hermano de Augusto Peña Valdez, a quien se le conoció anticipo de prueba el jueves y quien habría hecho revelaciones de suma trascendencia con relación al caso Paya y las piezas que faltan en el rompecabezas y por cuyo testimonio habría caído, incluso, su hermano Peña Figueroa.
También se supo que Jairon Rodríguez Pérez es sobrino, supuestamente, del capitán de fragata Ricardo Rafael Guzmán Pérez, detenido a pocos días de la masacre, en una transacción que, según se dijo, ejecutaba su esposa en la avenida Ecológica.
Esta vez los justiciables fueron enviados a distintas cárceles; Benny, a la cárcel pública del 15 de Azua, Miguel Peña a Monte Plata y Jesús Sánchez a Najayo.
Familiares y abogados se quejaron del trato que han recibido estas personas de las autoridades ligadas a las investigaciones, ya que alegadamente a éstos se les han violentado sus derechos fundamentales, “prácticamente los han secuestrado, Robert tiene 5 días detenido, esposado y no se ha permitido que se le dé ni una botellita de agua”, reclamaba uno de sus abogados, mientras otros hacían denuncias similares.
Supuesto cabecilla
El capitán de fragata Ricardo Rafael Guzmán Pérez, señalado por la Policía como quien encabezó la matanza de Paya, fue detenido junto a su esposa, Scarlet Aristy Rosa y su chofer Marcos Fajardo Almonte. Éste oficial se desempeñaba como jefe de barcos en Salinas, Baní.
El portavoz de la Policía indicó que dando continuidad al proceso de investigación, en compañía del procurador fiscal de Baní, Robert Lugo Betancourt, el doctor Francisco Polanco Ureña y el licenciado Bienvenido Fabián Melo de los Santos, magistrados procuradores fiscales del Distrito Nacional, se pudo establecer “con pruebas contundentes” la responsabilidad de Guzmán Pérez, en el caso Paya.
El portavoz policial dijo que, según declaraciones de un oficial de la Marina de Guerra, cuyo nombre se omitió por razones de acuerdo judicial a través del Ministerio Público, éste manifestó que el pasado cuatro de agosto, él fue invitado por otros oficiales de su institución, a compartir en una casa en Paya, Baní, llegando a eso de las 8:00 de la noche, y al llegar se percató de que esa casa era de Luis Lara (El Churro), donde había un grupo de personas reunidas, entre los que se encontraban el capitán de fragata Guzmán Pérez, Luis Lara (El Churro), José Luis Montás (El Duro Motors), Dennys Rodríguez Pérez, el capitán de fragata Miguel Peña Figuereo, Janeuri Manuel Calvo Tejada, los tenientes de navío Rodríguez Montero y Chalas Jorge, entre otros a quienes desconocía.
QUÉ PASÓ
La Policía dijo que Sánchez Piña explicó que al llegar a la casa de Luis Lara (El Churro), pasadas las 9:00 de la noche, observó que ya los vehículos iban saliendo a realizar el trabajo por el cual lo habían invitado, que era recoger una lancha.
Dijo que quienes viajaban allí se detuvieron y le asignaron a una persona hasta el momento no identificada de color negro.
Reveló, además, que le entregaron un celular, para que vigilara el tramo carretero Baní- Viyeya, Azua, para que informara a los demás miembros militares y civiles de cualquier movimiento.
Dijo que se mantuvo en los alrededores unas dos horas vigilando ese tramo hasta que se le pidió que se retirara del área.
Al día siguiente, éste se enteró de la matanza, decidiendo no exigir el dinero que le prometieron