Tres días después, una inspección de la Autoridad de la Seguridad Nuclear francesa (ASN) determinó que la contaminación era en piezas metálicas provenientes del proveedor de Mafelec, una sociedad de la India, que también abastecía a una empresa belga.
El riesgo sanitario es “extremadamente escaso” y “no debería tener consecuencias para la salud del personal expuesto”, confirmó el Instituto de Radioprotección y de Seguridad Nuclear (IRNS).
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