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(En determinado momento, dijo que no había llegado a Washington “para ganar el concurso de Miss Simpatía”). Obama, a quien se había criticado en ocasiones su presunta falta de patriotismo por no lucir una bandera norteamericana en la solapa, ésta vez se puso la insignia.
McCain, en cambio, prescindió de ella. Los simpatizantes de Obama mostraron su descontento porque en reiteradas ocasiones McCain criticó a su rival diciendo que no entendía una cosa o la otra.
“Existe un problema cuando un candidato insiste en un punto acerca de lo que dice un rival”, señaló Kathleen Hall Jamieson, directora del Centro Annenberg de Política Pública de la universidad de Pensilvania. “Es como si creyera que tampoco la audiencia entiende” lo que se está diciendo.